ORIGENISMO

ORIGENISMO.- Conjunto de las doctrinas heréticas atribuidas a Orígenes.

Orígenes, doctor de la Iglesia y escrito griego, llamado Adamantinus (hombre de acero) por el rigor de su conducta al mutilarse para no caer en los pecados de la carne; nacido en Alejandría en 185 ó 186, muerto en Tiro probablemente en 254. Discípulo de Clemente de Alejandría. Profesor en 203 de la Escuela catequística de Alejandría, en 231 se trasladó a Cesarea , donde fundó una escuela con una gran biblioteca. Entre sus muchos escritos figuran comentarios, homilías y escolios a los libros del Antiguo Testamento, los Hexapla; el libro Contra Celsum, De Principiis, etc. Dio pruebas de su fe sufriendo bajo el emperador Decio horribles tormentos que le ocasionaron la muerte. Con sus Hexapla dio la base de la interpretación textual de la Biblia. Se filtraron en su doctrina ideas neoplatónicas, por lo que más tarde se discutió su ortodoxia y el sínodo de Constantinopla (543) lanzó contra Orígenes quince anatemas. Fue exageradamente alegorista en la interpretación de la Sagrada Escritura.


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PRISCILIANISMO

PRISCILIANISMO.- Herejía de Prisciliano, que profesaba alguno de los errores de los gnósticos y maniqueos. Surgió en España a mediados del siglo IV. Sus fautores pertenecían en general a las clases ricas y cultas y afirmaban ser los elegidos y los santos de la Iglesia; sostenían que el bautismo significaba la renuncia a todo lo de este mundo y se daban a la interpretación de la Sagrada Escritura según un don especial de inteligencia que decían poseer. Negaban la diferencia de personas en la Trinidad y la realidad de la Encarnación del Hijo de Dios, condenaban el matrimonio y aceptaban la influencia de los astros en el hombre. Un sínodo celebrado en Zaragoza en 380 condenó algunas prácticas de los priscilianistas, si bien sus huellas reaparecieron en la Edad Media en diversos errores proclamados en España y en  el Sur de Francia.


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FRAGMENTO SOBRE LA SAGRADA TRADICIÓN Y LA SAGRADA ESCRITURA

La Sagrada Tradición y la Sagrada Escritura están estrechamente unidas y compenetradas; manan de la misma fuente, se unen en un mismo caudal, corren hacia el mismo fin. La Sagrada Escritura es la palabra de Dios, en cuanto escrita por inspiración del Espíritu Santo. La Sagrada Tradición recibe la Palabra de Dios, encomendada por Cristo Señor y por el Espíritu Santo a los Apóstoles, y la transmite íntegra a los sucesores, para que éstos, iluminados por el Espíritu de la verdad, la conserven, la expongan y la difundan fielmente en su predicación. Por eso la Iglesia no saca exclusivamente de la Escritura la certeza de todo lo revelado. Por eso se han de recibir y respetar con el mismo espíritu de devoción y reverencia. (Dei Verbum, 9).